jueves

¡Viva el vino!



Era el vino. Ahí estaba la clave de la llamada paradoja francesa. El buen vino de viñas añejas claro.

Hace ya muchos años que a los científicos les llama la atención sobremanera el hecho de que en un país como Francia, en el que se come tanto foie gras  que no deja de ser una bomba grasienta, vivan más tiempo y tengan menor presencia relativa de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

¿Qué pasa en Francia? Pues que son grandes consumidores de vino y que el vino, guarda en su interior un elemento mágico que es el resveratrol, una fitoalexina que es capaz de prolongar la vida de las células hasta en un 70%, al activar las sirtuinas, los genes de la longevidad, según confirma David Sinclair, profesor de la Universidad de Harvard y primer científico que relacionó esta molécula con la longevidad.

Y es que Sinclair ha ido demostrando, en todo este tiempo, que el resveratrol aumenta la esperanza de vida de levaduras, después de gusanos, más tarde de insectos (abejas y moscas) y, finalmente, de mamíferos, ratones por ahora.

Sinclair comprobó hace 10 años que el resveratrol es capaz de prolongar la vida de las células hasta en un 70%, al activar las sirtuinas, los genes de la longevidad. Y, ¿cómo funciona? De los siete tipos de sirtuinas  identificados hasta ahora, esta molécula actúa sobre la SIRT1, capaz de activar la central de energía de las células: la mitocondria. Dice Sinclair: “Aumentando la producción de SIRT1, estimulamos la actividad de esa central de energía celular, que pierde potencia con los años. Al recargar las baterías de ese modo, protegemos las células frente al deterioro y conseguimos profundos efectos en la salud”.

El científico norteamericano nos propone un mensaje esperanzador para el futuro: “Estas investigaciones nos van a conducir a nuevas moléculas y a fármacos que pueden prolongar la vida y prevenir enfermedades asociadas a la edad. La puerta a la longevidad está más abierta que nunca”.

Así que, ¡Viva el vino! Habrá que añadir que en su justa medida, claro.

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