sábado

Saber escuchar


A veces, con las palabras justas, las palabras adecuadas, acertamos. Ya lo dice el aserto: "el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras". Lo precisó William Shakespeare cuando dijo aquello de “es mejor ser rey de tu silencio, que esclavo de tus palabras”

Hay un hecho cierto. El hombre tiene una boca, pero dos oídos. Es como si la propia naturaleza nos marcara la necesidad de escuchar el doble de lo que hablamos. 

Solemos hacer justo lo contrario, hablar el doble de lo que escuchamos. Queremos decir muchas cosas sin percatarnos de que quizá nuestro interlocutor no quiere que le hablemos tanto. 

Es importante saber hablar, pero es más importante escuchar. Saber escuchar es un arte que puede ayudarnos a obtener grandes beneficios. Tal como dijo el estadista británico Winston Churchill, “se necesita coraje para pararse y hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar”.


Pero, cuidado, es necesario saber comunicar adecuadamente. Pericles, el dirigente de Atenas que nos legó las magníficas construcciones de la Acrópolis, lo dejó claramente expresado con una frase lapidaria: “El que sabe pensar, pero no sabe cómo expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar.”

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